Bullying. El aspecto institucional
Aceptarse y
reconocerse como comunidad educativa es el comienzo de la prevención y de la
intervención
La aceptación de la propia identidad como institución, de la mismidad, es
el primer paso a dar para prevenir y erradicar la violencia escolar.
Es aprender a pasar de la apariencia a la obviedad y penetrar sin temor
en la propia profundidad como institución y como comunidad.
Es poner la mirada en la realidad y el modo en que nos afecta: Se es quién
se es.
Puede la institución hacer un intento de alejarse del Yo inmediato: El
culpable es el ambiente, el país, la sociedad, los padres. Se trata de un
intento superador de encarar los problemas como si no se estuviera, de
prescindir del sí mismo.
Y aquí surge la pregunta: ¿De qué modo se es?
¿Qué es la propia
identidad y cómo se gesta?
El propósito de una institución educativa es su factor cohesivo. Es el
aporte que hace a la comunidad: Brindar educación a los ciudadanos. También la misión institucional describe el carácter y el
concepto de sus actividades actuales y futuras. Establece aquello que se piensa
hacer, para qué y para quién se hará. Surge de la historia fundacional, se
origina en su identidad, su cultura, su modo de operar en la sociedad en la que
se encuentra. Los valores compartidos, fuertemente arraigados en la
organización, constituyen un componente organizativo fundamental: “¿Qué es
nuestra organización? Y ¿Qué debería ser?”. La respuesta a la pregunta sobre ¿Que cuestiones filosóficas
son importantes para el futuro de nuestra institución educativa?, otorgará la
visión y la comprensión comunes. Su implantación es como una guía interna para las personas
que toman decisiones, de tal manera que los planes que se elaboren puedan ser
probados, para saber si son compatibles con la misión. El establecimiento de la
misión debe ser un documento visible que
permita al personal de la organización enfocar sus esfuerzos. También la misión
representa un comunicado claro para toda la comunidad educativa: Directivos,
docentes, padres y alumnos y para la sociedad en la ejerce influencia la institución:
el barrio, otras instituciones educativas, familias, empresas, organismos
estatales, etc. La misión expresa el carácter distintivo de la organización
educativa. El para quién determina su naturaleza.
Y el para quién es el orientarse a la comunidad de la que se forma parte y que recibe
el aporte que aquella realiza a la sociedad.
Identidad-
Realidad - Responsabilidad
Proponemos aquí la responsabilidad, de aceptarse y asumir la propia misión,
vocación, acercarse a la realidad y asumirla. Aceptarla y enfrentarla, sin
endurecerse. Porque es la verdad la que lleva más allá del mal: Soy así pero
quiero llegar a ser de otro modo. Se trata de aceptarse en lugar de evadirse y
desearse ser otro (evasión). Muchas veces, actitudes como:
-
“En esta institución no tenemos estos problemas”
-
El problema es del chico que sufre Bullying: “algo
habrá hecho” o “es diferente a los demás”, o “es él el que molesta a su
compañeros”
Si en lugar de evadirse de los
problemas, se reconocen los propios límites como institución sin renunciar al
esfuerzo que implica la mejora, ni sucumbir al resentimiento:
Reconocer los procesos violentos en la propia comunidad educativa es el
primer paso para prevenir el Bullying. Porque es empezar por un diagnóstico que
lleva a la institución a asumir la propia realidad como comunidad.
Y reconocer la propia realidad como comunidad, llevará a encontrar los
modos de crecer y afianzarse como comunidad, apoyándose en los propios valores
fundacionales y fortaleciéndose en el cumplimiento de la misión.
El principio y el fin de toda sabiduría es la renuncia a la soberbia, la
fidelidad a lo real.
La decisión de ser
uno mismo.